Por el valle encajonado que se forma discurre el río Puebla, al que vierten sus aguas numerosos arroyos, muchos de ellos estacionales, que desembocan en el Riato, límite natural con los vecinos Berzosa y Robledillo.
La población se llamó Puebla de la Mujer Muerta hasta los años 40 del siglo XX en que cambió a su nombre actual por expreso deseo del gobernador civil de la provincia, Carlos Ruiz. El nombre original hacía referencia al de los Cerros a cuyo pie se asienta la villa y cuya silueta recuerda la de una mujer yacente, mientras que Puebla es un término de origen castellano frecuente en localidades de repoblación. Posiblemente proceda de la concesión al lugar en 1301 de la Carta-Puebla, un estatuto jurídico para favorecer el asentamiento.
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